viernes, 3 de marzo de 2017

La confesión

¿No os ha sucedido nunca? Ya no aguanto más, voy a sacar lo que hasta hoy he guardado bajo llave. Me dije que nunca lo explicaría: por suerte, no me lo prometí. Espero que, si alguien me leyera, no cambie drásticamente la imagen que de mí tiene. No sé ni por dónde empezar…

¡Te he pillado! Debería darte vergüenza… ¡Cotilla, más que cotilla! ¿Conque has leído “Una confesión” y ya corrías a leer esta entrada, esperando encontrar algo morboso sobre mí, eh? ¡Vergüenza, vergüenza! –exclama el autor agitando un puño en alto, en este caso el típico tercer puño, ya que los otros dos ahora están, como comprenderás, un poco ocupados escribiendo.

¿Te cuento un secreto para que no te sientas tan culpable? He escrito el primer párrafo porque al compartir esta entrada en Facebook, si no recuerdo mal, se leerán las primeras líneas de la misma. Entonces, claro, si iba directo al grano, el efecto se iría al traste antes de pasaros por mi humilde morada. Total, ¿queríais una confesión?, pues allá va: confieso que os he tomado el pelo.

¿Entonces, de qué va todo esto? No sólo es por amor al pelo. Andaba yo cabizbajo -y por ende, aumentando drásticamente las posibilidades de colisionar con personas, farolas y algún que otro autobús prehistórico de Hazteoír-, en mi mundo, pensando: Àlex, deberías escribir. Tampoco te lo prometiste, pero querías, y mucho. ¿Y no quieres aun? Sí, quiero. ¿¡Dios mío, acabo de casarme!? Uf, no no, qué susto. Pero veréis: la ducha, generadora de ideas y palabras, agasaja mi azotea inspirándole mil historias, pero la silla de mi escritorio, cruel colador de las mismas, me deja la sesera más vacía que la de quienes creen que los chicos siempre tienen pene y las chicas siempre tienen vagina. Y con lo vago que soy, ¡estás tú que me pongo a escribir de pie! Pero calla, me dije. ¡Tú ya escribes, pero no lo sabes! ¿Qué? ¿Y cómo se explica esto? ¿Sonambulismo ilustrado? ¿Tengo a Voldemort en la nuca? “Querido Harry Potter, espero que estés bien. Yo, como ya irás descubriendo, me muero de ganas de verte. ¿Un tío majo, el profesor Quirrell, verdad? A veces parece un poco turbado, pero si le das tiempo él ya te contará el por qué: a las personas hay que darles tiempo y espacio. Y a ti, caza. ¡Ay, quiero decir, que ya tengo casa! No, aun no te la puedo enseñar, no seas impaciente. Te hiere, Voldie” Pero no te alarmes, que casi puedo verte ya varita en mano: no tengo a Voldemort tan cerca de mí. Creo. A lo que iba: que puede decirse que yo ya escribo porque, bueno, ya sabes, sXXI, redes sociales. ¡Porque cuando me pongo, me pongo…! Y yo qué sé, ya que parezco, al menos de momento, incapaz de escribir un relato tradicional –debe ser cosa de estos tiempos de twitter y memes-, ¿por qué no hacer algo así como un libro de cuentos? Sólo que en vez de un libro, una entrada en este abandonado blog; y, en vez de cuentos, estados de facebook que me apenaría condenar al destierro de la desmemoria. Por una parte sólo son estados de facebook del año pasado, pero por la otra… Bueno, ya verás.

¿Me acompañas al pasado? Un viaje por el 2016 a toda prisa. Pero antes que nada, lo no prometido es deuda. Uno de estas pequeñas historias sí que es una confesión, y podrás leerla un poquito más abajo. ¿Ves como no soy tan tan malo?

La reflexión del 10 de abril

"Lo opuesto a una cultura de la violación es una cultura afectiva" Abrazos, respeto, empatía, mimos. Cuidarse a uno mismo y a los demás. Ver a las personas en su multifacetismo: sus logros, sus preocupaciones, sus superficies, sus profundidades.
¿Te pensabas que todo era cachondeo en esta entrada? Oye, pues, de ser así, te has tomado el pelo por tu cuenta eh, a mí no me mires. Al final, todes con calvicie. Te explico: entre comillas, el título de un artículo que me pareció de lo más interesante y necesario. Me impactó. ¿No te ha pasado nunca? Lees algo que te llega. Y, poco a poco, detalle a detalle, lo vas esparciendo. ¿Se imaginan los autores de los artículos cómo llegan a cambiar las vidas de quienes los leen? Lees algo que te llega, y te llena, y te lleva. Ya forma parte de ti, y olvidarás el texto, a su autora y cómo te inspiró, pero, de algún modo, al pasar el tiempo, ya forma parte de ti. En este caso: oponernos a la cultura de la violación es una responsabilidad que va más allá de los violadores, igual que, por ejemplo, oponerse a las corridas de toros es una responsabilidad que va más allá de los toreros. Y es una responsabilidad que, como efecto secundario, puede hacerte crecer de una forma bonita contigo y con los demás.

El sentimiento del 25 de abril

He de anunciaros algo de sin par trascendencia, magnitud y relevancia en la acrobática vida de este recio mozo de veintitontos -digo, veintitantos- abriles. Creo, y cada vez de ello estoy más convencido, que es amor, y amor del bueno -¡qué redundancia la mía, pues amor del malo no lo es!, del mismo modo que al oír "odio del bueno", si estamos en nuestro asno, digo sano, juicio, chirriarán nuestros oídos-, así que prestadme vuestras enceradas, digo enteradas, orejas, y de ello sacaréis no poco goce para con vuestra sacrosanta ansia de fisgoneo. Ved cuán enamorado estoy: junto a él, se acelera el tiempo y el cuerpo mío se mueve según ritmos apetecibles, mi mente reposa, activa, en plácida y frenética calma y, ¡precioso sentimiento!, este corazón con el que escribo ríe y palmea cual niño enteramente satisfecho. Quiero, por ello, confesaros sin más dilación, con total urgencia, sin más demora ni entretenimiento, sin esperar, llanamente hablando, ni un solo segundo o momento o instante más, que yo, la persona que regenta este pedacito de blanquiazul espacio, estoy enamorado... del Lindy Hop. Sí, es el baile que descubrí hace unos meses. Jijiji. Chao.
Pd: Veintitontos. 
Me gusta escribir cosas bonitas, me gusta hacer reír a mis amigues: si es delito mezclar ambas cosas... "¡siempre recordaréis este día como el día en que casi capturáis al capitán Jack Sparrow!" -sale a la carrera, tropieza consigo mismo y lo detienen en el acto, pero porque él quiere, ¿eh?

El cabreo del 11 de mayo

Pero aun homofobia colectiva y el único árbitro español abiertamente gay, harto, ha dejado su profesión. Comparativamente yo puedo permitirme el lujo de escribir al respecto con relativa frialdad; él, en cambio, ha tenido que sentirse hecho una mierda, él lo ha vivido en carne propia. Bah, el deporte es así, la tensión del momento, sólo son chistes, no sé por qué ha tenido que hacer un drama de todo esto -y desde las gradas, "el gol te lo van a meter por el culo, maricón"-. Perpetuación de discriminaciones. ¿Creéis que se meterían con un árbitro por ser hetero? No. Podrán decir "maricón", "puta", "gordo", y cada uno de estos insultos llevan consigo la homofobia, el machismo y la gordofobia que se respiran en nuestra cultura. Y luego estas mismas personas se vanagloriarán de que son muy abiertas. Si yo tengo amigos gays, dicen a veces como exculpándose, y que siga la fiesta. ¡Sorpresa sorpresa!, un machista de los de manual puede tener mujer e hijas, y lo mismo se aplica a la homofobia. Hasta que una sola agresión de este tipo no sea respondida desde las mismas gradas con la desaprobación explícita de otros asistentes, hay mucho que hacer, que acabar con estas mierdas es responsabilidad colectiva.
Homofobia, transfobia, gordofobia, bifobia. Algunas de las “fobias” que me cabrean y mucho. Me duele al pensar en quienes tienen que aguantarlas: lo que les tiene que doler a elles, ni te cuento.

El cabreo, otro, del 12 de octubre

Fiesta nacional de España. Fiesta de la Hispanidad. Día de la Raza. Hoy. A lo largo del instituto, año tras año, en los libros de historia leía acerca del "descubrimiento" de América. Es curioso como alguien quiere escribir "invasión", "saqueo" o "masacre" y, ¡uy!, inocente errata, su mano teclea "descubrimiento". Que no, que no, que todos estos términos son sinónimos y no lo sabíamos. Es curioso, y sutil también, que los medios de comunicación participen de un gesto análogo. Pobres indígenas, ¿qué habrían hecho si no hubiéramos diezmado sus pueblos, impuesto nuestra religión, segado sus culturas y guardado a buen recaudo todo aquello que pudiéramos convertir en riqueza? Pero no sólo estarán felices en América, henchido tengo el pecho de orgullo, que aquí ya de paso y como quien no quiere la cosa, festejamos el franquismo.
Hasta el año pasado no me había dado cuenta de lo repulsivo de esta celebración. ¿Ya era hora, no?


La confessió del 19 de novembre

Hola! Aquest és un estat informatiu per a la gent a qui vull veure o que em vol veure a mi: el refredat que tinc m'aprecia moltíssim, és monògam i força gelós. Diu que tenim una relació tapada, vull dir, tancada: m'ha deixat amb un pam de nas! I aquí estic, publicant-ho perquè sigui oficial... He intentat explicar-li que jo entenc les relacions amb els refredats de manera lliure i sense possessivitat... però no m'escolta. I així ja portem tres setmanes, tu! Sabeu a quants anys de relacions entre humans equivalen tres setmanes d'una relació humà-refredat!? Un rebesnét nostre ho recordava, però està d'Erasmocus i fa dies que no en sabem res. La qüestió és que insto al meu refredat a que emmalalteixi a altra gent, que l'amor no és tal si no es comparteix, i inclús he anat força dies a festes swingers per a refredats anomenades "classes universitàries" per fer intercanvis de virus, però què va, diu que ell solsament m'estimarà a mi. El tinc tan enganxat que quan crec que per fi ja tinc temps per mi el noto, de nou, a la gola i al nas; i no, per desgràcia (?) no es tracta ni de petons amb -molta- llengua ni de petons esquimals. Espero poder tornar a quedar aviat amb els amics i amigues que porto al meu refredat cor.
Ea, este post es bilingüe. ¡Oh, y… mira! ¡Es la confesión original! Si aún estás con un buen enfado encima por lo fraudulento del título de este post, mira, mira: ¡no te engañaba, acabas de leer la confesión! Y bueno… Usé el resfriado como excusa para anular algunas quedadas con amigues. No me encontraba bien, no fue cosa de días. Varios problemas se solaparon y me vi sumido en una espiral de tristeza, desidia y malos hábitos. La tristeza era necesaria, no vayamos a asimilar ingenuamente la ira o la tristeza con emociones ilegítimas o sobrantes. Y volviendo al resfriado, realmente lo estaba, usando así una sinceridad como escudo de otra: una parte de mí agradeció el malestar físico, porque no sé, a veces me cuesta dejar de hacer cosas que creo que harán ilusión a los demás, me cuesta cuidarme a mí mismo y darme lo que necesito. Encontrar un equilibrio, mi equilibrio. No te preocupes: bien bien del todo, aún no, pero mucho mejor que antes sí que estoy. Quizá te explique más otro día y, más interesante aun, quizá otro día te explique por qué elegiría yo explicar asuntos de lo que llamarían vida privada. Spoiler: no me siento muy cómodo con la usual dicomotía público/privado.

El sentimiento, otro, del 17 de diciembre

En estas fechas me acuerdo de ti. Tu calidez. Nuestros paseos, la agradable brisa que a la risa incitaba. El desentumecimiento de sesos, piernas y corazón. Esos baños salpicados de rayos celestes, cuando el sol se tumba en su lecho y de hecho yo te imaginaba en el mío, sobrando mantas al abrigo de tu calor y el mío. Qué frío de repente, qué frío de hace meses. Ahora me cuesta, me cuesta estar a gusto, me despojé de tantas capas y ahora me sacude un temblor de cuerpo entero. Enrojecido el rostro. Se me lee en los labios que añoro tu calidez. Me preguntan, me preguntan, y los ojos bajo al suelo. Creo que te volveré a ver, cuando ya apenas te quiera, cuando ya apenas me duela tu luz y lo que nos divertimos. Al final, maldita mortalidad del brillo, divergimos. Y te fuiste y te imité: no me pude detener, y te quise más a ti, mal que me pesa y mal que me sepa, de lo que a mí me quiero, y eso no fue bueno, y de ello aprendí. El creciente frío de nuestros nuevos caminos me recuerda aquellas tardes y noches que mi afecto celebra, a falta de tu aliento, con unas gotas de inevitable melancolía. El creciente frío me enrarece, lo saben, me enrarece con la gente y conmigo, y me encierro y me esquivo, sabiendo que la solución la tiene, si bien yo, aún más el tiempo mismo. Se apagaron los días, se apagó el fuego, ¡y maldita mi esperanza!, que me da más desamor que desasosiego: y es que Verano, estamos ya en invierno… pero aun te quiero.
El frío es caca, el calor es amor. Mi interpretación de las cuatro estaciones es la que sigue, empezando por otoño: ¡frío!, ¡¡¡mu-cho frí-o!!!, ¡frío!, meh. Y pongo “meh” y no “¡calor!” porque qué quieres que te diga: es que soy más de isla, pero de isla volcánica. Y nada -y camina, y vuela-, que me piro -piro, fuego, lava, volcán-. Tengo más cosas que contarte, pero lo primero es lo primero, ¡y no sé tú, pero yo voy a dormir más a gusto...! Oye, esto... Que se me hace un poco raro dormirme mientras estás aquí leyéndome, así que si no te importa, arreando y cierra la puerta al salir.

Qué buena gente.